jueves, 27 de enero de 2011

hoy.....

Hoy, me desperté con el mismo ruido de ayer,
Abrí mis ojos, mire mis manos,
Y estaban sucias,
Esas manos trabajadoras,
Esas manos con las que logré grandes cosas,
Pero hoy, igual que hacía dos años, estaban  sucias,
Cuando vi que doña lucha lavaba su puesto de tamales,
Corrí a lavarme esas manos,
Y en el charco de agua se formó un reflejo,
Y de ese reflejo  rostro sobresale,
Ese rostro que había enamorado a muchas mujeres,
Ese  que sin duda alguna era inolvidable,
Hoy, refleja mi cansancio, mi tristeza,
Mis ganas de no seguir viviendo en este mundo tan hostil,
 Acerqué a la cama, esa cama dura, ríspida, incómoda,
Compuesta de cartones,  periódicos,  piedra,
Doblé lo que desde hace 2 años es mi cobija,
Esa cobija que me había regalado el  presidente,
Cuando él, me prometió  sacarme de donde estoy; mi pobreza,
Una pobreza que me ha limitado desde mis 6 años, cuando papá se fue,
Lo único que recuerdo de él, su infalible olor a tequila,
Y sus desprecios, recuerdo  una vez fue su cumpleaños,
Yo había estado preparando un regalo para él
  Llevaba haciéndolo desde   2 semanas antes,
El día de su cumpleaños con toda la familia,
Esperaba el momento justo para dárselo cuando se lo di,
Me dijo: “yo no quiero esta porquería”,
Me dieron ganas de llorar, pero mi madre,
 La mejor mujer del mundo,
Decía que no lo quería porque faltaba envolverlo,
Yo sabía que no era cierto,
Decidí ponerlo en mi cuarto, y cada vez que lo veía me daban
Ganas de llorar,
Pero bueno eso ya no tiene caso.
Buscaba mi ropa para quitarme la pijama,
Ja, no me acordaba, no tengo ropa,
Alguna vez se me acerco un señor y me dio una chamarra,
De esas chamarras de pluma de ganso,
Pero un día se me olvido en la fuente, y los patos se la comieron,
Esos patos que ya son como mi familia, aunque no nos hablemos,
Aunque no me escuchen, aunque no me entiendan.
Amanecí  con hambre, otra vez,
De nuevo al restaurante haber que hay en el menú,
Si es que hay, en el primer restaurante metí mi mano
 Entre  desechos  encontré una torta,
El aguacate estaba negro, pero así me la comeré,
Ya que no sé si mañana correré con la misma suerte,
Creo que hoy me fue bien, porque comí algo,
Me dirigí a la misma banca, como todos los días,
Y siempre con la misma pregunta,
¿Qué hago aquí?
Yo, un hombre de 75 años, sucio, apestoso, detestable,
Que Simplemente no tiene nada, que todos los días
Ve pasar personas  que sientan lastima por él,
Y que lo mejor que le puede pasar es irse
De este mundo, ese viejo soy yo.



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